Solo quiero decirte una cosa y es que te prometo que vas a volver a estar bien. Quiero que aprendas a amigarte con el dolor, soltándolo como tenes que hacerlo y no echando culpas. Quiero que te entregues a los que queres y compartas con ellos todo lo que sentís. Porque si la mochila pesa, llevarla de a muchos hace todo más fácil.
Quiero que escribas, que llores, que escuches música y bailes un montón. Quiero que empieces a vivir la vida que sentís que mereces. Empezá de nuevo, animate, reite, rodeate solo de gente que hace bien y viví tu vida por vos. Soltá el dolor, porque no te lo mereces. Largalo en letras, en lágrimas y cantando a gritos mil canciones; pero que se vaya de tu cuerpo. Animate a hacer todo. Si, todo. Dejá de pedir permiso y dejá de pedir perdón.
Viví más libre, con menos cargas y regalate vos misma todo eso que nadie te puede prometer. Porque al final del día, quien va a estar toda tu vida contigo sos únicamente vos.
Escribí de lo que se te dé la gana y compartilo, eso también libera mucho. Da nombres o no los des, hacé lo que te haga feliz. Hablá con amigos o con gente que ni siquiera conoces. Saca ese pasaje de avión y andá a disfrutar un poco más de la vida con ese grupo de amigos que están lejos pero que te hacen tan pero tan bien. Contales cómo te sentís, abrazalos a la distancia y dejate abrazar por los que están cerca.
Permitite doler, cantar, gritar y llorar, una y mil veces más. Dejá de cargar lo que otros ponen en tu mochila. Que no te quede una sola cosa pendiente. Levantate temprano cuando quieras aprovechar más el día. Volvé a tus caminatas en la playa, esas que te hacen tan bien. Compartí tu mundo con otros y alentá a quienes lo necesiten a ser parte de tu camino.
Te prometo que no te vas a arrepentir.